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Consulta tanatológica, Conferencias, Talleres, Cursos. Construir un puente hacia las personas y familiares que están pasando una situación tan traumática y desconocida como es la muerte, facilitando el crecimiento a través de las pérdidas. Ayudarte a entender y reflexionar acerca de tu verdadera esencia o realidad como ser humano al descubrir o reforzar los valores internos de la persona en la búsqueda de significado para vivir en plenitud.

sábado, 18 de octubre de 2014

Conductas de apego

Para entender una #pérdida y el comportamiento humano al que va asociada, se debe entender el significado de #apego.
El psiquiatra británico John Bowlby, ha dedicado gran parte de su carrera profesional al área del apego y de la pérdida.
Su teoría conceptualiza la tendencia de los seres humanos a establecer fuertes lazos emocionales con otras personas y es la manera de entender la intensidad de las reacciones emocionales que se producen cuando dichos lazos se ven amenazados o se rompen.
Los  apegos provienen de la necesidad que tenemos de protección y seguridad; se desarrollan a una edad temprana, se dirigen hacia unas pocas personas específicas y tienden a perdurar a lo largo de gran parte del ciclo vital.
 La conducta de apego tiene un valor de supervivencia. Y lo vemos muy bien en las crías de animales y los niños pequeños que, a medida que crecen, se alejan de la figura de apego durante períodos de tiempo cada vez más largos. Pero siempre vuelven a la figura de apego en busca de protección y seguridad. Cuando dicha figura desaparece o se ve amenazada, la respuesta es de intensa ansiedad y fuerte protesta emocional.
El concepto de Erick Erikson de confianza básica, nos dice que a través de un buen cuidado paterno, la persona se siente capaz de ayudarse a sí misma y se cree merecedora de ayuda si surgen dificultades. Un cuidado paterno inadecuado puede llevar a las personas a establecer apegos ansiosos o muy tenues, si es que se llegan a establecer.
Si la meta de la conducta de apego es mantener un lazo afectivo, las situaciones que ponen en peligro este lazo producen ciertas reacciones muy específicas. Cuanto mayor es el potencial de la pérdida más intensas son estas reacciones y más variadas.
 En estas circunstancias se activan las conductas de apego más poderosas: aferrarse, llorar y quizá coaccionar mediante el enfado. (Existen buenas razones biológicas para responder a cualquier separación de una manera automática e instintiva, con una conducta agresiva).
Los investigadores  dicen que en cualquier sociedad se produce un intento casi universal por recuperar el objeto perdido, y de  creer en una vida después de la muerte donde uno se puede volver a reunir con el ser querido.



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