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Consulta tanatológica, Conferencias, Talleres, Cursos. Construir un puente hacia las personas y familiares que están pasando una situación tan traumática y desconocida como es la muerte, facilitando el crecimiento a través de las pérdidas. Ayudarte a entender y reflexionar acerca de tu verdadera esencia o realidad como ser humano al descubrir o reforzar los valores internos de la persona en la búsqueda de significado para vivir en plenitud.

miércoles, 8 de abril de 2015

El Sentido del sufrimiento

El Sentido del sufrimiento




Cuando pierdes  un hijo está bien que expreses y compartas todos tus sentimientos de dolor. Sabiendo que está bien todo aquello que hagas, o dejes de hacer, que tienda siempre a hacer algo de bien por otra persona.
Como mamá a veces tendrás que reprimir el llanto, autorrenunciar a tu propio dolor para que otra persona quizá tu esposo, tus otros hijos sufran menos y así trascender al dolor.

Es el hombre que describe Víctor Frankl, cuando dice: “El hombre que se levanta por encima de su dolor, para ayudar a un hermano que sufre, trasciende como ser humano”.

Y así lo hacen los padres, al emerger más sabios, más amorosos, más receptivos hacia aquellos que los necesitan, preparados para extender una mano o prestar un hombro hermano, sabiendo que, frente a lo irreversible, frente a aquello que no puede ser cambiado, el hombre tiene aún la última de las libertades individuales: elegir la actitud conque lo enfrentará.

jueves, 1 de enero de 2015

Antiguo relato chino acerca de una mujer cuyo único hijo muere

  Presa del dolor, va a ver al hombre sabio y le dice:
_ ¿Qué oraciones, qué encantamientos mágicos conoces para devolverle la vida a mi hijo?
En lugar de echarla o tratar de razonar con ella, el sabio le dice:
_ Tráeme una semilla de mostaza de un hogar que no haya tenido jamás una pena. La usaremos para alejar la pena de tu vida.
La mujer partió de inmediato en busca de la semilla de mostaza mágica. Primero llegó a una espléndida mansión, llamó a la puerta y dijo: -Estoy buscando un hogar que no haya tenido jamás una pena. ¿Podría ser esta casa? Es muy importante para mí.



Le respondieron:
-Has venido a un mal lugar -y comenzaron a relatarle todas las cosas trágicas que les habían sucedido.
La mujer pensó: “¿Quién mejor que yo que he tenido una desgracia, para ayudar a estos pobres desafortunados?” Se quedó con ellos y los consoló y después siguió su búsqueda de un hogar donde jamás hubo una pena. Pero dondequiera que fuera, en chozas y en palacios, encontró un relato tras otro de tristezas e infortunios. Finalmente, se dedicó con tanto empeño a consolar el dolor ajeno que olvidó su búsqueda de la semilla de mostaza mágica, sin comprender jamás que, en realidad, había alejado la pena de su vida.

Del libro “Cuando la gente buena sufre” de Harold Kushner.

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