La relación entre hermanos es una de las relaciones humanas más importantes. Cuando muere uno de ellos, la aflicción de los hermanos suele ser profunda. Es frecuente que los hermanos menores consideren a sus hermanos y hermanas mayores como maestros y proveedores de consuelo.
La muerte de un hermano puede hacerte sentir perdido como un niño en una multitud. Puede ser que te enojes con Dios y le demandes una explicación para tal sufrimiento.
Descubres que la vida continúa, que después de la muerte al día siguiente sale el sol y el mundo no se para por tu dolor. Quisieras calcular el número de lágrimas que tendrás que verter antes de que desaparezca este dolor de tu corazón .
Cuando nuestros seres querido y amigos mueren, tenemos una necesidad natural de dejarlos ir, de expresar nuestro sentimiento de pérdida. No hay atajos para vivir el proceso del duelo, tenemos que confrontar a la muerte y enfrentar nuestra tristeza. tenemos el derecho de afligirnos, darnos el permiso de llorar.
Enfrentarse a la pena significa, enfrentarnos a nuestros sentimientos con honestidad, expresarlos y aceptarlos durante todo el tiempo que le tome a la herida sanar. Hace falta tener valor para enfrentarnos a lo desconocido, a la pena, la frustración, las dificultades.
Confrontar la muerte es examinar nuestra vida, valores, ideas, y lo que tiene significado para nosotros, con lo que eventualmente creamos una existencia con propósito y satisfactoria.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario