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Consulta tanatológica, Conferencias, Talleres, Cursos. Construir un puente hacia las personas y familiares que están pasando una situación tan traumática y desconocida como es la muerte, facilitando el crecimiento a través de las pérdidas. Ayudarte a entender y reflexionar acerca de tu verdadera esencia o realidad como ser humano al descubrir o reforzar los valores internos de la persona en la búsqueda de significado para vivir en plenitud.

martes, 7 de octubre de 2014

Hábitos de higiene personal, Nutrición y Ejercicio

HIGIENE Y CUIDADO DEL CUERPO La salud  y la educación son las encargadas de fortalecer y promover factores protectores de salud entre ellos la higiene y los hábitos saludables, desde un enfoque de calidad de vida, derechos y  participación.
La higiene personal y del entorno va mucho más allá de las meras prácticas de aseo. Es uno de los componentes fundamentales de un estilo de vida saludable y se encuentra relacionada con otros temas como la alimentación, el ejercicio físico y la salud mental.
En consecuencia, el aprendizaje de hábitos de higiene y cuidados personales cumplen funciones importantes en la formación integral de las personas:
                Mejorar la salud y el bienestar del individuo y la comunidad.
                Prevenir la aparición y desarrollo de enfermedades.
                Facilitar las relaciones interpersonales.

                Contribuir a la formación de una imagen positiva de sí mismos.

Una Vida saludable: Tiene factores determinantes como:
1.    Llevar una alimentación equilibrada.
2.    Mantener hábitos higiénicos adecuados.
3.    Disfrutar del tiempo libre.
4.    Prevenir accidentes.
5.    Ejercitar la mente.
6.    Realizar deporte o actividad física.
7.    Tener una mejor calidad de vida y bienestar. 

Higiene Personal
La higiene personal tiene por objeto situar a la persona en las mejores condiciones de salud frente a los riesgos del ambiente  y del propio ser humano. Tener una buena higiene personal depende de uno mismo. La autoestima juega un papel fundamental frente a este aspecto, pues quien se aprecia y valora se esfuerza por verse y mantenerse bien.
HÁBITOS DE HIGIENE
Una buena higiene sólo se logra si las personas aprenden a tener hábitos que beneficien su salud y otorguen bienestar. La falta de hábitos higiénicos adecuados por parte de las personas se convierte en un problema grave, no sólo por lo desagradable de una mala apariencia o de los malos olores, sino por el potencial peligro de transmisión de virus y gérmenes a otras personas y contagio de enfermedades.
 Cómo adquirir hábitos de higiene:
                Regularidad en el tiempo: La práctica diaria da las pautas  de higiene en el  transcurso del tiempo generan hábitos que contribuyen y colaboran con el bienestar físico y psíquico del organismo.
                Ambiente apropiado: Debe existir un entorno propicio tanto en el hogar como en los  diferentes lugares que se frecuente. Los elementos de higiene deben estar al alcance de todos (agua, lavabos, jabón, papel, toallas, etc.).  

Nutrición en la edad adulta
En España, al igual que ocurre en otros países desarrollados, el número de personas en edad adulta y avanzada se está incrementado de forma paulatina, gracias en parte a los logros alcanzados en diferentes áreas de conocimiento. Entre ellas, la alimentación ocupa indudablemente un lugar destacado, ya que a través del conocimiento de las virtudes preventivas de los alimentos, se puede conseguir una buena salud y prolongar en consecuencia, la vida y el bienestar del individuo. Para ello, además de conocer cuáles son las propiedades saludables de los alimentos, el consumidor debe implicarse para alcanzar ese bienestar, aportando al consumo alimentario un carácter de autocontrol.

El progresivo envejecimiento de la población apunta a que dentro de la Unión Europea (UE), el número de personas de más de 80 años se incrementará un 30% en los próximos 50 años y que en el año 2030, cerca del 30% de la población superará los 60 años, con el correspondiente incremento de las disfunciones fisiológicas, cognitivas y un mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con la alimentación como la diabetes, obesidad, hipertensión, osteoporosis, cáncer y diferentes enfermedades degenerativas. Habitualmente, la dieta y ausencia de actividad física o sedentarismo, son algunos de los factores que se encuentran directamente implicados en el origen de estas patologías, relacionadas también con la susceptibilidad -predisposición genética- de cada individuo, y su entorno social, cultural y económico.

Ejercicio
 En la lucha por el control del peso y la buena salud general, se da mucha importancia al tipo y cantidad de alimentos y bebidas que se consumen. Se ha prestado menos atención a la cantidad de energía que gastaríamos si fuéramos físicamente activos. Pero ambos aspectos están estrechamente ligados. A diferencia de nuestros ancestros, ya no necesitamos emplear demasiada cantidad de energía para encontrar alimentos. Debido a los avances tecnológicos, al transporte motorizado, la automatización y la maquinaria que ahorra trabajo, la mayoría de la gente tiene menos oportunidades de gastar energía. Se ha demostrado que aproximadamente el 70% de la población en los países occidentales no es lo suficientemente activa como para poder gozar de una buena salud y mantener el peso.
La actividad física se refiere a la totalidad de la energía que se gasta al moverse. Las mejores actividades físicas son las actividades cotidianas, en las que hay que mover el cuerpo, como andar, montar en bicicleta, subir escaleras, hacer las tareas del hogar, ir a la compra, y la mayoría de ellas forman parte inherente de nuestra rutina. Por el contrario, el ejercicio es un esfuerzo planificado e intencionado, al menos en parte, para mejorar la forma física y la salud. Puede incluir actividades como andar a paso ligero, la bicicleta, el aeróbic y quizás algunas aficiones activas como la jardinería y los deportes competitivos.




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